No es algo que se vea todos los días. “A mí nunca me había pasado, y mira que llevo años en el hockey sobre patines...”, confiesa Manuel Togores, entrenador del Dominicos. El pasado domingo, cuando su equipo se jugaba la permanencia en la OK Plata en la pista del Jolaseta, una jugada en el minuto siete les puso a los blanquinegros el partido doblemente cuesta arriba. De un penalti salieron dos expulsiones, las de sus dos porteros, y prácticamente dos goles en contra, porque durante dos minutos se tuvo que poner bajo palos un jugador. Pero para entenderlo hay que empezar desde el principio.
Cuando el cronómetro marcaba 18 minutos y 29 segundos por jugarse del primer tiempo, los árbitros señalaron penalti en contra del equipo de la Ciudad Vieja. En el primer tiro del jugador local, Neto, portero titular de los coruñeses, se movió. Eso le costó una advertencia como indica el reglamento que también refleja que si se repite la infracción, el castigo es una azul. Así pasó. Dos minutos de sanción para el meta, que dejó su sitio al jovencísimo Iago López, de 15 años. Lo que nadie se imaginaba era el desenlace. Otro tiro y el suplente que se mueve antes de tiempo. Advertencia y volver a repetir. Y a la segunda, gol y encima azul al meta porque se había vuelto a adelantar.
Era el 1-0. Y en un partido de una importancia crucial para la permanencia —no solo para Dominicos, porque Compañía necesitaba la victoria de sus paisanos para mantener la fe y como no llegó, descendió—. Todos miraron al banquillo. Neto no había cumplido ni un segundo de su sanción. Así que López tuvo que despojarse de sus guardas, guantes, casco, protecciones y camiseta de portero para prestársela a otro adolescente como Bruno Saavedra, otros 15 años, con la responsabilidad de ponerse bajo palos. Y aguantó como buenamente pudo. Cuando parecía que incluso cerraría el tiempo sin encajar ningún gol, una falta directa comprometió el objetivo. El santiagués, una de las grandes joyas del hockey gallego, donde realmente brilla es del otro lado. Bajo palos tenía enfrente, además, a uno de los grandes especialistas de la categoría, Jaime González —en el partido firmó un 3 de 3 en directas, lleva 8 de 16 en liga—. Y el vasco le batió para el 2-0.
El objetivo se complicó aunque llegó a estar cerca gracias a un gol de Peli. Otra azul, a Javier Añón, ya en la segunda parte, se lo volvió a complicar —el Dominicos todavía recibiría otra, a escasos segundos para el final, lo que le convierte en el equipo con más amonestaciones de la categoría, con 25 en 21 jornadas—. Y ahora los de la Ciudad Vieja tienen que cerrar la permanencia el sábado contra el Compañía de María. Les basta con un punto en un derbi coruñés convertido en una final que hay que sacar adelante sí o sí porque de ella depende buena parte del proyecto deportivo blanquinegro, con una gran cantera que viene pisando fuerte y que necesita el escaparate de la segunda categoría nacional como aliciente.